Hoy no hay por qué explicar. Me siento cansado. Cansado de creer que no soy yo el que despierta cada día.
DE LOS SUEñOS QUE SE QUEDAN DORMIDOS
Todos los días me despiertan mordiscos de asfalto
bajo un camisón que esconde piernecitas de hormigón.
Yo y mis alpargatas y una voz diminuta
seguimos durmiendo aunque lo demás se vaya a trabajar.
¿Quién es ése con los labios de humo?
¿Por qué ha guardado su conciencia en una cajetilla de cigarros?
Soy un cigarro a medio fumar.
Las piernas no quieren aprender a hablar.
¿Qué tierra es ésta donde he despertado?
¿Por qué quema tanto su polvo pegado en los labios?
“Despertáme cuando las crisálidas no caigan al suelo,
tostado su cascarón, reseco por no haber sido.”
Las calles están empedradas con quemaduras
donde han ído a dormir las últimas formas:
han dejado atrás a los caracoles sin tiempo,
y en su lugar han venido las fábricas
con cerebro.
“Tocá diez horas de una melodía mentirosa
de donde salga la espera de la selva primera”.
le digo todas las noches sin recibir respuesta;
ninguna de las olas que caen del cielo
roza el cuerpo del que está hambriento.
Al amanecer me despierta un olor de palabras:
“Tomá de un vals los pasos quebrados,
para que aprendan a bailar sin ritmos ajenos
las febriles tareas del que desespera”
Se peina despacio el humo asueñado.
Se ajusta la corbata el hormigón agrietado.
Todos caminan de mañana con el sol bajo el brazo,
y Yo, me he quedado dormido en la cama.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
1 comment:
Todavía no he encontrado una solución a este mal diario. La rutina. Una ola siempre viene seguida de otra y eso desespera. Esta semana en especial fue una de esas en que me preguntaba si valía la pena seguir aquí. Al final las señales dieron una respuesta positiva. A lo mejor soy un cobarde.
Sueños hay infinitos, y seguramente sólo así seremos totalmente libres. Espero que esta semana logrés, al menos por un día, salir de la cama.
Un abrazo, elpatojo.
Post a Comment